¿Conoces las diferencias que existen entre materiales reciclables, biodegradables y compostables?

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Material Reciclable

Los materiales reciclables son aquellos que, tratados correctamente, y tras pasar un proceso de tratamiento y transformación en una planta especializada, pueden tener una segunda vida y reutilizarse.

En este sentido, la sostenibilidad del packaging juega un papel fundamental para fomentar el reciclaje y la reutilización de cara a cuidar el planeta. Así, iniciamos y cerramos un nuevo ciclo dentro de la economía circular.

Ejemplos de materiales reciclables: papel, cartón, vidrio, algunos metales y plásticos, telas y textiles, etc.

Algunos ejemplos de este packaging reciclable podrían ser nuestras bandejas y cestas PET, o R-PET fabricadas con material reciclado, cantoneras,flejes, etc.

Material Biodegradable

Son aquellos envases o productos fabricados con materiales que, por acción de elementos biológicos como el agua, el sol o las bacterias, se descomponen químicamente de forma natural.

Esta degradación supone que la sustancia en cuestión se descompone en los diferentes elementos químicos que la formaban. De hecho, pueden volver a la tierra y ser procesados por microorganismos como bacterias u hongos.

El tiempo que tarda en descomponerse es diferente en función de sus componentes, por ejemplo, las cáscaras de las frutas pueden biodegradarse en unos pocos días, el papel tarda unos meses, y otros elementos no son biodegradables en el corto o medio plazo, por ejemplo, una botella de vidrio puede tardar unos 4.000 años en biodegradarse.

Ejemplos de materiales biodegradables: madera, lana o cáscaras de huevos

Material Compostable

Este tipo de envases están fabricados o compuestos por materiales que van un paso más lejos que los materiales biodegradables, y es que, además de ser biodegradables, cuando estos materiales se descomponen, se convierten en compuestos obtenidos a partir de la descomposición bioquímica de los residuos orgánicos por los que están fabricados.

Cuando algo es compostable, significa que, además de que se biodegrada, también lo hace dentro de una cierta cantidad de tiempo y bajo ciertas condiciones, convirtiéndose en lo que se conoce como “compostaje” o “compós”, es decir, nuestros residuos vuelven a la tierra como abono en un tiempo.

Si nos fijamos en la norma EN 13432 de 2002, acordada por la Comisión Europea que trata sobre los requisitos de los envases y embalajes valorizables mediante compostaje y biodegradación, dichas características serían:

  • Materiales que se biodegraden como mínimo el 90% en 6 meses máximo, si son sometidos a un ambiente rico en dióxido de carbono.
  • En un plazo de 12 semanas y en contacto con materiales orgánicos, la masa debería estar formada por el 90% de fragmentos de materiales. Sus dimensiones deberían estar por debajo de los 2 x 2 mm.
  • No deben dejar residuos tóxicos ni visibles si los abandonamos en el medioambiente.
  • Respetan los límites establecidos sobre la concentración de ciertos compuestos como el potasio, el nitrógeno o los valores de PH, entre otros.
  • Una planta de compostaje industrial es el lugar donde debe realizarse el proceso.

Ejemplos de materiales compostables: Hojas secas, aserrín, pasto cortado y otros residuos vegetales del jardín, ceniza, cáscaras de huevos, frutas y verduras, plumas, semillas, pelo, café, saquitos de té, etc.

Fuente CANEMBAL